“Soy Connor MacLeod… Nací en 1518 en el pueblo de Glenfinnan a orillas del Lago Shiel, y soy Inmortal.” A día de hoy todavía
Hace un par de semanas visité por primera vez Cracovia (Polonia), y no me pudo marcar más esta ciudad y la oscura historia que arrastra. Por ello, empezaré los artículos dedicados a este viaje con la visita a la Fábrica de Schindler, convertida hoy en día en museo.
Entrada de la Fábrica
Muchos habréis visto la película de La Lista de Schindler y os pondréis en situación, pero para quienes no lo hayáis hecho aquí os lo explico brevemente.
Esta fábrica, se encuentra al lado de lo que fue el gueto judío durante la Segunda Guerra Mundial. En su momento se dedicaba principalmente a la fábrica de utensilios de cocina y más tarde de munición. Estaba dirigida por Oskar Schindler. Este, empleaba judíos porque la mano de obra era mucho más barata. Schindler fue consciente de lo que se hacía en los terribles campos de concentración y empezó a ayudar a los judíos a su manera, en lugar de mirar hacia otro lado y seguir siendo el oportunista que aparentaba ser desde el principio.
Oskar Schindler ayudó hasta el último momento a los judíos, con la excusa de llevarlos a trabajar a su fábrica, los sacaba de los campos y los salvaba de una muerte segura.
Hoy en día, la fábrica es un museo que recorre toda la historia desde el detonante de la Segunda Guerra Mundial hasta la ocupación comunista. Podemos ser testigos de como cambió la historia de lo que es la ciudad de Cracovia, para siempre.
Una vez dentro, nos encontraremos con salas donde está reflejado cada sentimiento de lo vivido con fotografías, incluso vídeos de los supervivientes de los campos de concentración. El recorrido muestra exposiciones, reconstrucciones, imágenes muy duras que te transportan en el tiempo y te provocan un nudo en la garganta.
Una de las salas que me impactaron fue la que estaba rebosante de decoración de banderas con la esvástica nazi. Las cartas de los niños judíos que no entendían que lo que estaba pasando. Los movimientos estudiantiles que ocasionaron la respuesta del ejercito nazi.
Por todas las paredes y las vitrinas vemos propaganda del régimen nazi. Llegamos incluso a las estaciones de tren y de tranvía de los judíos y como los nazis les arrebataron la identidad a la ciudad sustituyendo los nombres polacos de las calles por otros en alemán. Nos adentraremos en el gueto judío, veremos como tenían que vivir afincados, y como fueron masacrados. Llegaremos hasta la invasión soviética y terminaremos con un homenaje a todos los que sufrieron, una sala blanca llena de frases de los supervivientes que os dejará el regusto de la pena y del dolor, pero también a un estado de paz extraño de explicar.
Poco queda de lo que era la fábrica, al menos no se puede apreciar. Visitamos el despacho de Schindler y al finalizar el recorrido vemos fotografías de muchos judíos que logró salvar. Pero aún así, el museo nos muestra, que unos pocos se salvaron comparado con los cientos de miles que nunca sobrevivieron a la ocupación nazi.
Un museo totalmente recomendable si queréis comprender mejor todo lo que supuso la Segunda Guerra Mundial a la ciudad de Cracovia.
Los lunes la entrada es completamente gratuita, pero hay mucha afluencia de gente, si queréis intentarlo otro día los precios son:
Desde abril hasta octubre:
Lunes: de 10:00 a 16:00 horas.
De martes a domingo: de 10:00 a 20:00 horas.
Desde noviembre hasta marzo:
Lunes: de 10:00 a 14:00 horas.
De martes a domingo: de 10:00 a 18:00 horas.
Despacho de Schindler
Tranvía:
Limanowskiego, líneas 6, 13, 23
Bohaterow Getta, líneas 3, 9, 19, 24 y 50
Zablocie, líneas 11 y 20
4, Lipowa.
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