Las calas de Ibiza son, sin duda, uno de los atractivos más preciados de la Isla Blanca y no es de extrañar. La combinación perfecta entre aguas turquesas transparentes y formaciones rocosas únicas atraen a turistas y viajeros de todo el mundo. Si, como yo, además de disfrutar de la vida nocturna y de la fiesta ibicenca, también queréis tener tiempo para perderos en las paradisíacas calas Pitiusas, os dejo una selección de mis calas preferidas. Espero que sirva como una guía para empezar a explorar las calas de Ibiza y que, a partir de estas visitas, podáis encontrar vuestras preferidas.
1. Cala Bassa
Cala Bassa es, probablemente, una de las playas más bonitas de Ibiza. Además de la arena fina que la bordea y de sus aguas de color turquesa, esta cala está rodeada por un bosque de sabinas, típico del mediterráneo, con troncos retorcidos que complementan el paisaje de forma fascinante.
Si uno se cansa de tomar el sol en sus arenales, siempre puede darse un buen chapuzón o, como no, tomarse una cerveza fría a la sombra, en uno de los chiringuitos cercanos. Con una longitud de 250 metros, Cala Bassa suele estar bastante concurrida por turistas por lo que decidimos alquilar un barquito para el que no hacía falta licencia en esta web y así tener la oportunidad de disfrutar a tope de esta inmensa piscina natural tranquilamente.
Los más aventureros pueden saltar directamente al agua (3 metros de altura) desde unas rocas localizadas a la izquierda de la playa, mirando al mar.
2. Calas Gració (y Gracioneta)
En Ibiza, uno nunca deja de sorprenderse por sus entornos paradisíacos y es justo esta sensación de asombro la que marcó mi visita a las ‘calas hermanas’ Graciò y Gracioneta. Situadas una junto a la otra, las dos calas están separadas únicamente por una estrecha franja rocosa.
Su fondo arenoso es el responsable por la diferencia de tonos de turquesa del agua, muy típico de las postales de Ibiza y de las Baleares en general. Otros de los aspectos que me hicieron enamorarme de estas dos calas fueron la privacidad y la tranquilidad de las aguas y, aunque parezca increíble, no están demasiado masificadas.
3. Cala Conta
La Cala Conta, Cale Comte o Las Platges de Comte es otra de las calas de Ibiza de reconocimiento mundial. A tan solo 13 kilómetros de San Antonio, esta playa de arena fina, aguas transparentes (¿cómo no?) y de fácil acceso es una de las más visitadas por familias y por los aficionados al snorkel y también para los enamorados del naturismo, ya que cuenta con una zona más escondida donde generalmente se practica el nudismo.
Además del baño en sus aguas cristalinas y tranquilas, Cala Conta se ganó el lugar en esta lista también por ser un lugar increíble desde donde admirar la puesta de sol tomando algo en uno de sus chiringuitos y combinando a la perfección el ambiente festivo de Ibiza con sus atractivos naturales.
4. Calas Salada y Saladeta
Las calas hermanas Salada y Saladeta tienen un contraste en el color del agua que hipnotiza a cualquiera. Al acercarte a ellas, uno tiene la impresión de estar literalmente dentro de un documental de National Geographic, admirando los barcos que parecen suspendidos en el aire. El tono verde característico de las aguas de las calas Salada y Saladeta provienen de pinos que las rodean.
Por sus características tan peculiares, ambas suelen estar repletas de gente durante todo el día: para tomar el sol y al atardecer, aunque merece la pena hacerse un hueco para disfrutar de este auténtico espectáculo visual. Desde las rocas que separan ambas playas, es posible saltar al agua. eso sí, con cuidado de verificar la profundidad del agua para no tocar el fondo al caer.
5. Cala d’Hort
Estamos delante de otra de las mejores calas de Ibiza. Sí, hay muchas playas preciosas en la mayor de las Pitiusas, pero Cala d’Hort presume de ofrecer unas vistas increíbles a los islotes de Es Vedranell y Es Vedrá, además de estar ubicada en plena reserva natural.
Por lo general, la Cala d’Hort suele ser muy tranquila, lo que permite disfrutar de toda su magia y huir de los destinos más masificados. Pese a la afluencia relativamente controlada, suele ser complicado encontrar aparcamiento por lo que os recomiendo ir prontito y con ánimo de quedaros a disfrutar de la increíble puesta del sol en Cala d’Hort.