Cuando estaba planificando nuestra visita a Catania (Sicilia), quería dedicar algún día a visitar alguna de las ciudades cercanas. Ya os conté nuestra excursión al volcán del Etna, y para otro día tras dudar entre Siracusa o Taormina, elegimos visitar esta segunda. Sin duda fue un acierto total ya que nos encontramos con uno de los pueblos más bonitos de toda Sicilia.
Taormina se encuentra ubicada en lo alto del monte Tauro, en la cosa este de Sicilia. El Etna esta muy cerca de aquí y se puede observar desde lo alto del famoso Teatro Antico di Taormina, el teatro greco-romano por el que es famosa esta localidad.
Llegar a Taormina desde Catania
El medio de transporte que elegimos fue el autobús, desde la estación de Catania salen continuamente autobuses hacia Taormina. El billete nos costó 10€ i/v cada una y debo hacer hincapié que solo cobraban en metálico… nada de tarjeta. No se si de un año a otro habrán cambiado eso.
La duración del viaje es de 1 hora aproximadamente y valen mucho la pena las vistas de la carretera. El autobús os dejará en la pequeña estación de autobuses de Taormina y desde ahí es muy fácil llegar a pie al centro de la localidad.
Teatro Antico di Taormina (Teatro Greco-Romano)
El principal motivo para visitar Taormina sin duda era visitar este impresionante Teatro Greco-Romano, tan impresionante como sus vistas. Estamos ante uno de los teatros greco-romanos mejor conservados, pero como he dicho, aquí lo realmente increíble son las vistas entre el mar Jonio y el volcán Etna, además que podemos tener una buena panorámica también de la localidad la localidad de Giardini-Naxos.
Este teatro se construyó en el siglo III A.C y se siguen realizando espectáculos en su interior. La entrada para poder visitarlo tranquilamente es de 10€ y vale totalmente la pena. Una de mis recomendaciones si es que podéis, es visitarlo por la tarde para contemplar las fabulosas vistas del atardecer desde el interior, pero nosotras solo pudimos ir por la mañana, pero igualmente nos encantó la experiencia.
Casco antiguo de Taormina
Tras la visita al teatro, toca recorrer el casco antiguo y disfrutar de todo su encanto. Esta es una de las partes que más me gustó de nuestra visita.
Para acceder a la arteria principal, habrá que pasar obligatoriamente por las antiguas puertas de la localidad. Al este tenemos la Porta Catania y el oeste la Porta Messina. Debéis atravesar ambas para abarcar bien vuestro recorrido.
La calle peatonal que recorrimos es el Corso Umberto, y está repleto de tiendas, restaurantes con muchísimo encanto, tiendas, etc. Hay que estar mirando bien cada rincón, incluso a la altura de las fachadas, no os perdáis ningún detalle, todo vale la pena.
De paso nos encontraremos con el Duomo de Taormina, de época medieval, es el edificio religioso más importante de la ciudad.
Si aún os queda tiempo, tenéis que aprovechar y llegar a la Terraza Panorámica de la Piazza IX Aprile, además de que estaréis ante una de las plazas más bonitas de Taormina.
Comer en Taormina
A parte de recomendar siempre en estos lugares el probar la granita y el helado artesanal (por favor, Sicilia ha creado una necesidad en mi persona de todo con pistacho), elegir un sitio donde comer en Taormina puede ser incluso estresante si vais sin ninguna recomendación, que fue nuestro caso.
Al estar a la hora de comer por el Corso Umberto y sabiendo que esta es la zona más turística, era lógico que todos los restaurantes podrían ser más caros de lo normal, pero no teníamos ganas de ir a zonas menos transitadas y perder tiempo buscando. Así que nos decantamos finalmente por el Ristorante Pizzería Taormina, abierto desde 1988 y que cuenta con una terraza interior rodeada de verde. Un restaurante muy agradable y que nos preparó una comida fabulosa.
Yo me pedí unos Lingüini con calamares, almejas y gambas que aun hoy salivo al pensar en ese plato. ¡Para chuparse los dedos! Lo de la pasta italiana o siciliana, es de otro planeta.
Si podéis, pedid que os pongan un chupito de vino de mandorla para probarlo, seguro que acabáis yendoos de Sicilia cargados con un par de botellas.
Hay unos cuantos sitios que se nos quedaron por ver, pero por falta de tiempo tuvimos que renunciar a ellos como era la Isola Bella, pero como siempre digo, hay que dejar algo para la próxima vez.