Durante nuestro tercer día de viaje, nos despertamos en Glencoe a primera hora para desayunar temprano y ponernos en marcha, iba a ser otro día movido. Tras intercambiar conversación con nuestra camarera sobre nuestros tatuajes de fans (ella tenía de El Señor de los Anillos y yo de Harry Potter), emprendimos nuestro viaje hacia Fort William.