Andalucía es una parte de España que siempre se me ha resistido. Apenas he tenido oportunidad de visitarla, a pesar de que en mis venas corre sangre andaluza. Así que cuando me brindaron la oportunidad de realizar un recorrido por las llamadas «Ciudades Medias del Centro de Andalucía» no me lo pensé dos veces y sin apenas tiempo de reaccionar descubrí las maravillas escondidas en unas localizaciones que tienen mucho que contarnos. Bienvenidos a ‘Tu Historia’
«El verdadero viaje de descubrimiento no es buscar nuevas tierras, sino mirarlas con nuevos ojos» Marcell Proust
Las ciudades que hoy por hoy forman parte de esta Fundación conocida como ‘Tu historia’ son: Antequera (Málaga), Lucena (Córdoba), Alcalá la Real (Jaén), Puente Genil (Córdoba) y Écija (Sevilla). En un futuro se unirán más, pero en este viaje de tres días visitamos estas ciudades y conocimos parte de su cultura, tradición y gastronomía.

En un futuro iré profundizando con diferentes artículos los encantos y curiosidades que pude aprender de cada ciudad. En esta entrada quiero resaltar las paradas que hicimos y los puntos más importantes, como por ejemplo las curiosas experiencias que vivimos en edificios tan emblemáticos como el Castillo del Moral en Lucena donde realizamos una actividad de escapismo, ¿quién me iba a decir que iba a estar jugando en un castillo para nosotros solos por la noche?
Salimos desde Valencia a primera hora, y descubrimos que existe AVE directo a Córdoba… ¡increíble! No me lo reprochéis, ¡hasta el momento lo desconocía por completo!
Desde allí nos recogieron y una hora después llegábamos a nuestro primer destino:
· Antequera (Málaga) El cruce de caminos más dulce de España
El primer contacto de nuestro viaje me dejó totalmente maravillada. Antequera es historia, son vistas preciosas desde las alturas. Podemos divisar que se encuentra entre el Paraje Natural de El Torcal, el perfil de la Peña de los Enamorados y la Venga. Famosa por Los Dólmenes, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, esta ciudad respira historia, una historia que se remonta a unos primeros pobladores que podemos descubrir en el Museo de la Ciudad, donde entre todo lo que podíamos conocer, se quedó grabado en mi recuerdo la historia de Acilia Plecusa.

Menudo festival gastronómico nos ofrecieron en el Restaurante Leila. Comida tradicional de la zona riquísima, con una sorpresa final, unos dulces árabes fantásticos y un té moruno para poner la guinda final a una comida estupenda.
Tras este suculento manjar, tuvimos un paseo para bajar la comida, hacia la Alcazaba y la Real Colegiata. No puedo dejar de repetir las maravillosas vistas de la ciudad que se pueden contemplar desde aquí. Recorrimos con detenimiento la Alcazaba, con sus muros y torres, y acabamos adentrándonos en la Real Colegiata, llena de contrastes y con una representación histórica para nosotros solos.
Nuestra visita en tierras malagueñas había terminado, pero no nuestro día.
· Lucena (Sevilla) La ciudad de las tres culturas
Cuando llegamos ya tarde a Lucena, fuimos directamente al Castillo del Moral, que contiene el Museo Arqueológico y Etnológico. Aquí no hicimos la visita típica a un museo, era mucho más. El Castillo ofrece actividades, y una de ellas es la actividad de moda, «el escapismo«. Normalmente se hacen grupos de 6 personas, pero en esta ocasión éramos 11.
Encerrados en la torre del Castillo, a través de pistas debíamos encontrar una serie de llaves para ir abriendo las puertas de las salas y escaleras y conseguir salir del edificio en menos de 60 minutos. Si el vigilante ve que necesitas ayuda, te dará alguna que otra pista a cambio de minutos.
Tengo que decir que me parece una actividad muy original permitiendo al visitante disfrutar del museo y las instalaciones del castillo de una forma muy divertida y llevándose un recuerdo muy peculiar de su visita.
Decir que perdimos es quedarnos cortos—-
Tras nuestro peculiar fracaso, nos dirigimos al Museo Bodega El Alfolí donde cenaríamos. Esta encantadora bodega ha sido fruto del amor, como bien nos relató su dueña. Reconstrucción de un viejo molino, transformado en local de celebraciones y cata de vinos, El Alfolí nos ofreció una degustación de tres de sus vinos más característicos y nos mostró esta edificación y todo lo que habían encontrado en la restauración, incluidos restos judíos de interés arquitectónico.
Así finalizamos nuestro intenso primer día de viaje.
· Alcalá la Real (Jaén) Ciudad de Frontera y Abacial
A primera hora de la mañana emprendimos nuestro viaje hacia Jaén, tierra de mi abuela, de ahí mi emoción. ¿Quién me iba a decir que aquí se encontraba la segunda Fortaleza más imponente tras la Alhambra? Así es, en la ciudad de Alcalá la Real, se encuentra la Fortaleza de La Mota. Una auténtica ciudad medieval fortificada que cuenta tantas historias de reconquista y cambios culturales.
La Fortaleza de La Mota constituye la última frontera de Al-Andalus y es aquí donde se encuentra el Centro de Interpretación, Vida en la Frontera. Gracias a la Fundación Tu Historia, vivimos una de las experiencias que ofrecen al visitante, el recorrer los túneles donde el ejército cristiano excavó hasta llegar al pozo que abastecía a la Fortaleza y conseguir hacerse con esta ciudad clave.
Una de vez de nuevo en la superficie, visitamos los restos de la ciudad, como son sus calles, plazas, bodegas e incluso la Abadía, o lo que queda de ella. Un escenario impresionante donde proyectan un documental de las épocas que ha vivido la Fortaleza, un recorrido por la historia que emociona hasta al más fuerte.
Desde el medievo hasta las guerras napoleónicas y llegando a nuestros tiempos. Una visita increíble que no me canso en recomendar.
Tras reponer fuerzas del recorrido nos trasladamos hacia el siguiente destino, de vuelta a Córdoba.
· Puente Genil (Córdoba) Donde el sol se hace dulce
La ciudad de Puente Genil se encuentra en el suroeste de la provincia de Córdoba. Pudimos comprobar en primera persona porque dicen que esta localidad es rica en patrimonio cultural.
Aquí se encuentra la Villa Romana de Fuente Álamo, uno de los testigos más claros de la vida romana en Hispania. Desconocía completamente la presencia de romanos en esta zona, y fue emocionante poder ver tan de cerca lo que antiguamente fue una casa bastante grande, y saber por una de las partes de las excavaciones, que bajo la casa se encontraban unas fuentes o baños donde la gente iría a relajarse. Así que allí se entrecruzan dos descubrimientos arqueológicos que conviven en espacio, pero no tiempo.
Muy rico es el arte que se puede ver en la propia Villa, un conjunto de mosaicos muy bien conservados y que en la actualidad siguen en proceso de restauración, pero gracias a las instalaciones que tienen en Fuente Álamo podemos ver de muy de cerca.
Al finalizar esta visita, nos dirigimos a Puente Genil donde nos esperaba la directora de La Góndola, fábrica del famoso membrillo. Nos explicó la elaboración de este dulce manjar y nos presentó una degustación exquisita preparada por ella misma.
Tengo que decir que nunca he sido fan del membrillo, pero salí tan encantada que ya estoy investigando recetas para poder añadírselo. No pude evitar traerme un fruto de membrillo que ahora reposa en mi escritorio de trabajo y me mantiene la zona con un perfume que me encanta.
Cenamos en uno de los restaurantes más famosos de la ciudad, el restaurante Casa Pedro y al finalizar emprendimos camino para dormir en Sevilla.
· Écija (Sevilla) La belleza de los cinco sentidos
La última noche fue a lo grande, nos alojamos en el Hotel San Pablo y nos prepararon un desayuno típico de la zona sevillana, para ponernos las botas.
Écija es una ciudad con muchísimo encanto, con unas calles preciosas y unos edificios barrocos para quedarse con la boca abierta. En esta localidad se pueden contar hasta once torres e infinidad de iglesias y antiguos conventos.
Una de las visitas obligadas en la ciudad es el Palacio de Benamejí donde se encuentra el Museo Histórico Municipal. Allí se encuentra la estatua casi perfectamente conservada de La Amazona Herida. Es una de las pocas estatuas de esta Amazona que existe en el mundo actual y fue encontrada casi intacta, se rumorea que la esconderían para salvarla de los destrozos tras la invasión, pero la cuestión es que hoy en día es la joya de la colección. En el Museo también se pueden visitar los distintos mosaicos romanos que se encontraron en las excavaciones de la zona.
En la ciudad también tenemos La Iglesia de la Limpia Concepción de Nuestra Señora forma parte del antiguo convento de los Carmelitas Descalzos y es una belleza barroca escondida tras unos muros que no hacían adivinar lo que había dentro.
Otro de los edificios importantes de la ciudad y que se encuentra en restauración es el Palacio de Peñaflor, residencia antiguamente de una de las familias más importantes de Écija, en un futuro será uno de los edificios más bellos que visitar aquí.
Más visitas en nuestro recorrido es el Arca Real del Agua, donde pudimos conocer un poco más de como era la distribución en la ciudad antiguamente, y como punto final el Estanque Romano que se encuentra en la Plaza Mayor de la ciudad, un lugar que invita al paseo y lleno de vida al ser domingo.
Écija en definitiva es una ciudad que brinda a la contemplación entre sus calles, plazas. Es casi obligado perderse por su ambiente.
Como punto final de este blogtrip disfrutamos de una atractiva gastronomía en el restaurante Las Ninfas con una comida fusión asiática que supuso un perfecto cierre de viaje.
Gracias Andalucía por compartir tu historia con nosotros.