¡Hola viajeros! Hace poco quise tomarme un día libre en el trabajo para hacer la primera escapada algo más lejos junto a mi peque, pero al no tener ni 3 meses y solo disponer de un día quería elegir un lugar que tuviera un poco de todo. Finalmente la elegida fue la localidad de Jávea en Alicante la cual no visitaba desde que era muy pequeña.
Jávea se encuentra a poco más de una hora en coche desde Valencia, así el viaje no se hacía pesado para Noah, siendo así su viaje más largo hasta la fecha. Al tener menos de 6 meses, quedaba descartado ir a tomar el sol en la playa, pero eso no quitaba de perder la oportunidad de visitar una de las preciosas calas que posee este lugar, así directamente nos dirigimos a la famosa:
Cala de Portitxol
Esta cala es famosa por la cantidad de fotos que se hace la gente en su casita de puerta azul, queda tan instagramer que es inevitable posar allí.
Las vistas son increíbles, su playa no es de arena, sino de guijarros (por favor no os llevéis las piedras a casa… su función ahí es más importante de lo que pensáis).
El acceso a este lugar puede realizarse en coche hasta prácticamente su orilla, eso si, la zona de parking es bastante limitada, y en verano para evitar afluencias hay personal que limita el acceso a cuando esté completa la zona de aparcamiento, así que es recomendable madrugar bastante si es que queréis llegar en esta época. La carretera circula a través de las numerosas zonas residenciales que se suceden y está llena de cuestas, así que id preparados porque si os pasa como a mi, entro en pánico cuando hay cuestas pronunciadas, y eso que he conducido por Escocia…
No hace falta decir que el acceso a la cala es casi imposible si vais con un carro de bebé, porque hay que cogerlo a peso, pero hice lo posible por acercarme con Noah hasta la orilla, a riesgo de caerme por las piedras jaja, pero bueno, el año que viene puede que volvamos que ya será algo más mayor.
Casco histórico
Tras la visita a la cala nos dirigimos con el coche hacia el centro de Jávea, específicamente al conocido casco histórico donde podemos aparcar el coche y subir sus cuestas (si, con el cochecito de bebé y haciendo buenas piernas) hacia la zona de la basílica de Bartolomeu, mercado central y sus numerosas calles con encanto, con fachadas blancas y llenas de plantas. Muy recomendable perderse por estas callejuelas y disfrutar del ambiente, terracitas y locales originales.
Es peatonal por lo que se puede pasear tranquilamente y más si vais como yo con el bebé encima.
Playa del Arenal
No puede faltar en una visita a Jávea, pasear por una de sus playas como es la del Arenal donde además de tener una gran variedad de locales para tomar algo por su amplio paseo, podemos subir hasta las calas para contemplar las maravillosas vistas de la costa.
Es un punto final ideal de nuestra primera visita con el bebé a la preciosa Jávea, sin duda volveremos cuando el peque sea más mayor y podamos disfrutar de un buen baño.